Sabe que soy una mujer caprichosa, que me levanto tarde y duermo con fantasmas.
Sabe que soy miedosa e insegura, amo la soledad y detesto el sudor.
Le conté que el chocolate es mi perdición, la cerveza y los dulces.
No soy nada puntal, que me relaja escuchar música y fumar.
Le oculté que me ahogan los celos.
Le rogué que se fuera, que se olvidara de mi, que lentamente huyera.
En silencio lo espié. Lo observaba mientras dormía y cuando puedo le cocino y lo acompaño el tiempo que me deje.
Le hice dudar, preguntarse una y mil veces si valía la pena.
Pero... sigue al lado mío.


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