Respira lento... Regresa el tiempo...: febrero 2016

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“Él era diferente. De una manera u otra, buena o mala, amarga o dulce, fría o caliente. Él era diferente, y por el simple hecho de soportarme, cosa que ni yo consigo hacer. Él era diferente, por el simple hecho de tratarme y de aconsejarme, como si yo fuera alguien inexistente. Sueño inalcanzable. Yo no se. Él tal vez fuera diferente por aquella pinta al lado de la boca, o por ser tan dulce, cuando se lo proponía. Tal vez por ser tan inconstante y acogedor. Tal vez por tener una sonrisa linda y unos ojos que poseían el brillo de todas las estrellas. Él era diferente, no por ser diferente, por ser Él. “Adoro la forma que el me hace sentir, como si todo fuera posible, como… que se yo! Como si la vida valiera la pena.”
Él es mas o menos eso: algo a ser estudiado, algo a ser resuelto. Pero, sin dudas, algo a ser pertenecido. Por mi. Algo a que pertenecer...”